“My fear didn't want to be left behind, so it came with me.”
“Y descubrí también, con la más inmensa desazón, que en cualquier momento y sin causa aparente, todo aquello que creemos estable puede desajustarse, desviarse, torcer su rumbo y empezar a cambiar.”
“And yet for that, blood is thicker than water, even if the only thing you've shared with your people have been hardships and miseries.”
“It was a relationship that ended because it couldn't go anywhere, because it never should have begun.”
“When you undertake a change like that you have to do it with dreams and hopes, with illusions. To go without them is to merely run away ...”
“One of the effects of being crazily, obsessively in love is that it dulls your senses, your capacity for perception, till you no longer notice what is happening around you.”
“sin abandonar jamás aquella capacidad suya para mil veces caer y otras mil levantarse, sacudiéndose el polvo del vestido y echando a andar de nuevo con paso resuelto, como si nada hubiera pasado. Por muy duros que fueran los tiempos, jamás se fue de su lado el optimismo con el que apuntaló todos los golpes y al que se acogió para ver siempre el mundo desde el lado por el que el sol luce con más claridad.”
“Sometimes luck decides to make our decisions for us, no?”
“He spoke with complicity, familiarly, as though he knew me; as though his soul and mine had been waiting for each other since the beginning of time.”
“... living a life filled with deprivation and working from sunrise to sunset from your earliest years isn't to anybody's taste.”
“Nnadie va a quererte como yo”
“Hunger sharpens your ingenuity, she would always conclude with a laugh.”
“My day had already had a good dose of bitterness, and I preferred to keep it from getting any sadder.”
“Dudé mucho antes de convencerme a mí misma de que debía seguir con aquel cometido. Reflexioné, sopesé opciones y valoré alternativas. Sabía que la decisión estaba en mi mano: sólo yo tenía la capacidad de elegir entre seguir adelante con aquella vida turbia o dejarlo todo de lado y volver a la normalidad (…)
Dejarlo todo y volver a la normalidad: sí, aquélla sin duda era la mejor opción. El problema era que ya no sabía dónde encontrarla. ¿Estaba la normalidad en la calle de la Redondilla de mi juventud, entre las muchachas con las que crecí y que aún se peleaban por salir a flote tras perder la guerra? ¿Se la llevó Ignacio Montes el día en que se fue de mi plaza con una máquina de escribir a rastras y el corazón partido en dos, o quizás me la robó Ramiro Arribas cuando me dejó sola, embarazada y en la ruina entre las paredes del Continental? ¿Se encontraría la normalidad en Tetuán de los primeros meses, entre los huéspedes tristes de la pensión de Candelaria, o se disipó en los sórdidos trapicheos con los que ambas logramos salir adelante? ¿Me la dejé en la casa de Sidi Mandri, colgada de los hilos del taller que con tanto esfuerzo levanté? ¿Se la apropió tal vez Félix Aranda alguna noche de lluvia o se la llevó Rosalinda Fox cuando se marchó del almacén del Dean’s Bar para perderse como una sombra sigilosa por las calles de Tánger? ¿Estaría la normalidad junto a mi madre, en le trabajo callado de las tardes africanas? ¿Acabó con ella un ministro depuesto y arrestado, o la arrastró quizás consigo un periodista a quien no me atreví a querer por pura cobardía? ¿Dónde estaba, cuándo la perdí, qué fue de ella? La busqué por todas partes: en los bolsillos, por los armarios y en los cajones; entre los pliegues y las costuras. Aquella noche me dormí sin hallarla.
Al día siguiente desperté con una lucidez distinta y apenas entreabrí los ojos, la percibí: cercana, conmigo, pegada a la piel. La normalidad no estaba en los días que quedaron atrás: tan sólo se encontraba en aquello que la suerte nos ponía delante cada mañana. En Marruecos, en España o Portugal, al mando de un taller de costura o al servicio de la inteligencia británica: en el lugar hacia el que yo quisiera dirigir el rumbo o clavar los puntales de mi vida, allí estaría ella, mi normalidad. Entre las sombras, bajo las palmeras de una plaza con olor a hierbabuena, en el fulgor de los salones iluminados por lámparas de araña o en las aguas revueltas de la guerra. La normalidad no era más que lo que mi propia voluntad, mi compromiso y mi palabra aceptaran que fuera y, por eso, siempre estaría conmigo. Buscarla en otro sitio o quererla recuperar del ayer no tenía el menor sentido.”
“All those invisible presences ... began to transform themselves into companions that were more or less volatile, more or less intense, companions that I'd have to learn to live with. They invaded my mind when I was alone, in the silent evenings toiling away in the workshop between patterns and bastings, when I went to bed or in the gloom of the living room ...”
“con levantar el puño, odiar al que tienen por encima y cantar La Internacional van a arreglar poco; a ritmo de himnos no se cambia un país. Razones para rebelarse, desde luego, tienen de sobra, que aquí hay hambre de siglos y mucha injusticia también, pero eso no se arregla mordiendo la mano de quien te da de comer. Para eso, para modernizar este país, necesitaríamos emprendedores valientes y trabajadores cualificados, una educación en condiciones, y gobiernos serios que duraran en su puesto lo suficiente.”
“... Full of old cockatoos who used to be rich and aren't any longer, but they cling to yesterday tooth and nail, preferring to live on bread and sardines rather than sell what little they have left of their faded glory.”
“That was my story. Or at least the way I remember it. What happened to those characters and the places that had to do with those turbulent times, can be researched in libraries or the memories of the elderly. People like Beigbeder, Rosalinda, or Hillgarth went on to the history books.
People like Marcus and me didn't.
But that doesn't mean our lives were less important. Because, in the end, we all play a part in the world's fate. And Marcus and I always stood on the other side of the story.
Actively invisible during that time we lived in between the seams.”
“El vehículo se puso entonces en marcha, potente, alejándose veloz en la noche, llevando dentro a una mujer ilusionada y el vestido más fraudulento de toda la historia de la falsa alta costura”
“—musité acobardada. —Eso es lo que”
“Nuestros destinos pudieron ser éstos o pudieron ser otros del todo distintos porque lo que de nosotros fue en ningún sitio quedó recogido. Tal vez ni siquiera llegamos a existir. O quizá sí lo hicimos, pero nadie percibió nuestra presencia. Al fin y al cabo, nos mantuvimos siempre en el envés de la historia, activamente invisibles en aquel tiempo que vivimos entre costuras.”
“Toc, toc, hora de regresar. Suspiré, me levanté y cerré la ventana. Había que volver al mundo.”
“Quién es, preguntó. Se lo dije. A nuestro alrededor continuaban los ruidos de siempre: los niños, los perros y los timbres de las bicicletas; las campanas de San Andrés llamando a la última misa, las ruedas de los carros girando sobre los adoquines, los mulos cansados camino al fin del día. Ignacio tardó en volver a hablar. Tal determinación, tanta seguridad de intuir en mi decisión que ni siquiera dejó entrever su desconcierto. No dramatizó ni exigió explicaciones. No me increpó ni me pidió que reconsiderara mis sentimientos. Solo pronunció una frase más, lentamente, como dejándola escurrir. -Nunca va a quererte tanto como yo-”
“Excuse me, have you seen Death? Big guy with black feathery wings? Likes to reap souls?”
“The only boundaries for you are those, you place in yourself.”
“The unknownness of my needs frightens me. I do now know how huge they are, or how high they are, I only know that they are not being met. If you want to find out the circumference of an oil drop, you can use lycopodium powder. That’s what I’ll find. A tub of lycopodium powder, and I will sprinkle it on to my needs and find out how large they are. Then when I meet someone I can write up the experiment and show them what they have to take on.”
“Nervous sweat gathered on my palms, and for once I was glad I couldn't talk. I swallowed, my throat clenching around the scream scalding me from the inside. The gray haze was darker now, though no thicker. I could see through it easily, yet it tainted everything my terrified gaze landed on , as if the entire gym had been draped in a translucent cloud of smog. And things still moved on the edge of my vision, drawing my eye first in one direction, then another .
I would have given anything to be able to speak in that moment, not just to warn Emma—
because that was evidently a moot point—
but to ask Nash what the hell was going on. Could he see what I saw? More important, could they see us?”
“I'm going to be so normal that when people look up normal in the dictionary, my name will be there.”
BookQuoters is a community of passionate readers who enjoy sharing the most meaningful, memorable and interesting quotes from great books. As the world communicates more and more via texts, memes and sound bytes, short but profound quotes from books have become more relevant and important. For some of us a quote becomes a mantra, a goal or a philosophy by which we live. For all of us, quotes are a great way to remember a book and to carry with us the author’s best ideas.
We thoughtfully gather quotes from our favorite books, both classic and current, and choose the ones that are most thought-provoking. Each quote represents a book that is interesting, well written and has potential to enhance the reader’s life. We also accept submissions from our visitors and will select the quotes we feel are most appealing to the BookQuoters community.
Founded in 2023, BookQuoters has quickly become a large and vibrant community of people who share an affinity for books. Books are seen by some as a throwback to a previous world; conversely, gleaning the main ideas of a book via a quote or a quick summary is typical of the Information Age but is a habit disdained by some diehard readers. We feel that we have the best of both worlds at BookQuoters; we read books cover-to-cover but offer you some of the highlights. We hope you’ll join us.